Hoy os ponemos un artículo acerca de la correcta técnica de remada en el surf, algo básico para afrontar bien una sesión de surf, sin una buena posición y una buena remada las posibilidades de coger las olas tanto en número como en calidad serán muy inferiores a si lo hacemos bien, por ello, junto con la puesta en pie consideramos que es la base del surf.

Una buena remada es fundamental en el surf y en el longboard, ¿quién no ha tenido terribles picadas cuando empezó o las continúa teniendo? Por ello, cuanto mejor rememos, más olas podremos coger y en mejores condiciones.

Una buena remada es aquella en la que consigamos una propulsión suficiente para coger una ola con unas 5 ó 6 remadas, un buen test es remar 4 ó 5 veces y levantar los brazos, si la tabla se para rápidamente sin continuar deslizando, algo hacemos mal.

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La colocación del cuerpo es vital. Si vamos atrasados, la tabla se frenará mucho; si por el contrario la posición es adelantada, además de frenarnos cuando llegue la ola, lo normal es que piquemos incluso sin pared. Lo perfecto es una posición intermedia, algunos dicen que debemos llegar a tocar el nose con la mano, pero la correcta colocación del cuerpo dependerá del reparto de volumen de la tabla y del nuestro propio. Realizar el test de velocidad una y otra vez nos ayudará a encontrar el punto dulce de la colocación del cuerpo.

No hace falta decir que la posición debe de ser centrada a lo largo del alma de la tabla para evitar desequilibrios.

La remada en sí debe de ser larga, lo más amplia que podamos desde la punta de la tabla hasta lo más atrás que podamos sacar la mano, y siempre llevando el brazo lo más cercano posible a la tabla. También debe de ser profunda, no sólo usaremos la palma de la mano para remar, sino también todo el antebrazo, con lo que necesitamos hundir el brazo hasta el codo en la parte media de la remada.

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En natación de competición enseñan que la remada no debe ser rectilínea, sino que se debe de cambiar el ángulo un par de veces, ya que el agua que “agarramos” al inicio de la remada llega un momento que no nos proporciona apoyo, por lo que al cambiar el ángulo vuelve a ser agua “nueva” y volveremos a propulsarnos. En el mar el agua está en mayor movimiento que en una piscina, pero no está de más estudiar ese fenómeno. Una prueba sería intentar notar si durante todo el recorrido de la remada tenemos que imprimir la misma fuerza para desplazar el brazo, esto querría decir que en todo momento nos estamos propulsando, si no es que parte del desplazamiento del brazo es ineficaz.

La recuperación del brazo desde atrás hacia delante es muy importante y es donde mucha gente falla. El brazo no debe de levantarse en exceso, ni separarse del cuerpo, lo mejor es recoger la mano hasta la altura de la axila recorriendo el costado del cuerpo y desde ahí adelantarla al nose de la tabla. Los errores comunes son, primero el movimiento molinillo que produce gran desgaste físico, desequilibrio, al compensar girando el cuerpo y desestabilizando la tabla y puede llegar incluso a producir lesiones y, segundo, sacar el brazo muy fuera de la tabla lo cual hace que se desestabilice (la tabla) al mover el pecho en exceso y la remada pierda gran parte de su eficacia al clavarse los cantos y frenarse.

La cabeza deberá estar erguida y mirando al frente, no pegada a la tabla. Al llevarla alta, los hombros también se elevan y se separan del agua con lo que nuestra remada tendrá más palanca y por tanto más potencia.

Las piernas y pies deben de ser una prolongación de nuestro tronco, piernas juntas y pies en extensión, los principiantes suelen abrirlas para tener equilibrio como si se tratase de los ruedines de la bici, pero esto hace que nuestros pies hagan el efecto ancla y nos frenen mucho, mejor recogerlos y tratar de mantener el equilibrio con el tronco.

Hay algunos cambios respecto a la remada con un longboard. estas tablas por definición tienen buena remada debido a su flotabilidad, pero este volumen extra obliga a sus usuarios a ponerse en pie antes que con una tabla corta, por lo que en olas fofas todo es fácil, pero en olas más verticales resulta mucho más difícil, con estas tablas debemos buscar un punto antes la puesta en pie y hacer ciertas variaciones respecto a la tabla corta.

Teniendo en cuenta todas estas cosas deberíamos poder conseguir una remada eficiente, a veces hay que perder un poco de tiempo en mejorar estos pequeños detalles para luego poder disfrutar más en el agua.

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